Guía para elegir la fórmula correcta para tu hijo
¿Cuáles son las cosas que debes buscar y dónde deberías comenzar? Te l.... Más informacion
Los alimentos ricos en fibra como los cereales, las frutas y las verduras pueden hacer maravillas para el tracto digestivo. Los niños de uno a tres años deberían recibir 19 g de fibra por día, así que aprovisionate de manzanas, frambuesas y pan de grano entero para los chicos. Además, para entender mejor cómo la fibra impacta la salud digestiva de tu hijo y reconocer señales de estreñimiento, consulta la Tabla de popó - ¿Qué significa la popó de tu bebé? de Friso.
El ejercicio no solo es ideal para el bienestar general de tu hijo, sino que también es un aspecto crucial para la salud digestiva. Mantén el ejercicio ligero y divertido, pero haz que siempre esté activo, esto alentará el movimiento del alimento a través del tracto gastrointestinal de tu hijo y le ayudará con la digestión.
Esto es especialmente importante en nuestro clima tropical donde los niños son más propensos a sudar y a perder líquidos corporales, la hidratación es clave para mantener todo el cuerpo funcionando sin problemas. Para hacer que ese vaso de agua sea más atractivo para su hijo, añádale frutas frescas como limón o frutos del bosque para darle más sabor.
Otro truco es comer comidas más pequeñas más a menudo a lo largo del día, de esta manera su hijo estará menos propenso a experimentar la incomodidad causada por la indigestión por gases y también será menos probable que sobrecargue su aparato digestivo con porciones pesadas de comida.
Vigila los hábitos alimenticios de tu hijo y asegúrate de que no esté comiendo demasiado rápido y en exceso como resultado. Cuando coman fuera, reparte la comida en porciones usando los platos, de esta manera tu hijo no se sobrepasará con porciones demasiado grandes que harán más difícil que el sistema digestivo haga su trabajo.
Nuestros cuerpos producen enzimas para ayudarnos a descomponer los alimentos, estas enzimas también pueden encontrarse en la saliva, razón por la que siempre debes animarle a masticar a fondo para lograr que todo lo que se come esté lleno de enzimas. Otras opciones naturales pueden encontrarse en alimentos como las papayas, los mangos, la miel y las piñas.
Alimentos procesados como la comida instantánea enlatada o los bocadillos dulces que suelen carecer de nutrientes, fibras y enzimas. Además, están cargados con grasas trans y otros conservadores que pueden causar estreñimiento y desnutrición cuando se consumen de forma regular. Intenta priorizar las frutas y hortalizas para tu hijo en su lugar, su tracto digestivo te lo agradecerá.
Al final del día, los niños aprenden con el ejemplo. Come tan sano como sea posible y convierte el ejercicio en una actividad familiar, estos estupendos hábitos son tan beneficiosos para los adultos como para los niños. Además, esto también te ayudará a crear un vínculo con tu hijo mientras conviertes a la vida plena y saludable en un aspecto integral de tu vida familiar.