Las bacterias que benefician la digestión y la popó de tu bebé.
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Como mamá lactante, es posible que te encuentres en situaciones en las que necesites almacenar temporalmente tu leche materna recién extraída mientras estás fuera de casa o en el trabajo. La buena noticia es que la leche materna se puede almacenar de manera segura a temperatura ambiente (hasta 25 °C) hasta por hasta 6 horas, aunque lo recomendable es refrigerarla durante las primeras 4 horas1. Este período te permite extraer la leche y mantenerla a una temperatura cómoda hasta que puedas refrigerarla o congelarla adecuadamente.
Si tienes leche materna previamente refrigerada y necesitas usarla mientras estás en movimiento, es esencial usarla dentro de las 4 horas posteriores a sacarla de la refrigeración. 2 Esto asegura que la leche mantenga su calidad nutricional óptima y evita el crecimiento bacteriano, que puede ocurrir más rápidamente a temperaturas más cálidas.
Por ejemplo, si estás haciendo mandados y necesitas alimentar a tu bebé, puedes llevar contigo un biberón de leche materna refrigerada. Solo asegúrate de usarla dentro de las 4 horas posteriores a sacarla del refrigerador para garantizar su frescura y seguridad.
Almacenar tu leche materna recién extraída en el refrigerador (4 °C o menos) es una excelente opción para las madres que desean planificar y preparar la leche para futuras tomas. La leche materna refrigerada puede durar hasta 4 días en el refrigerador.3 Esta vida útil prolongada te brinda la flexibilidad de extraer leche con anticipación y tenerla lista cuando tu bebé la necesite.
Es posible que tengas un exceso de leche materna congelada que deseas descongelar para usar. Una vez que hayas descongelado tu leche materna congelada, puedes almacenarla de manera segura en el refrigerador hasta por 24 horas4. Esto te permite planificar y preparar las comidas de tu bebé sin preocuparte de que la leche se eche a perder demasiado rápido.
Sin embargo, es muy importante no volver a congelar la leche materna previamente congelada5. El proceso de congelación y descongelación puede causar cambios en la composición de la leche, como la descomposición de los nutrientes y la separación de sus componentes6. Volver a congelarla también puede aumentar el riesgo de crecimiento bacteriano, lo que podría provocar enfermedades si se consume.
Si tienes un suministro abundante de leche o deseas crear una reserva a largo plazo, congelar tu leche materna es una excelente solución. La leche materna recién extraída se puede almacenar en un congelador estándar (-4 a -17.8 °C) hasta por 6 meses7. Este tiempo de almacenamiento prolongado te permite crear una reserva sustancial para uso en el futuro, especialmente si planeas volver al trabajo o viajar sin tu bebé.
Al almacenar la leche materna en el congelador, es mejor colocar los recipientes en la parte posterior, donde la temperatura es más consistente8. Esta ubicación ayuda a prevenir las fluctuaciones de temperatura causadas por abrir y cerrar la puerta del congelador, lo que puede afectar la calidad y la vida útil de la leche9.
Considera usar bolsas de almacenamiento de leche materna diseñadas para congelar, ya que son eficientes en cuanto a espacio y se pueden etiquetar fácilmente con la fecha y el volumen de leche10. Usar este tipo de bolsas es una manera más higiénica de almacenar la leche, ya que previene la contaminación con otros alimentos y bacterias. Coloca las bolsas en posición horizontal en el congelador para permitir una descongelación rápida más adelante.
Para las madres con un exceso de leche o aquellas que desean donar a los bancos de leche, almacenar la leche materna en un congelador horizontal puede extender su vida útil aún más.11 A diferencia de los congeladores convencionales, los congeladores horizontales pueden alcanzar temperaturas más bajas porque pueden lograr un sello más fuerte para mantener la temperatura tan baja.
Siempre y cuando el congelador horizontal alcance o exceda los -20 °C, la leche materna recién extraída se puede almacenar de manera segura en un congelador profundo hasta por 12 meses12. Así, las mamás pueden tener una solución a largo plazo para las necesidades de su bebé en crecimiento.
Si tienes un congelador horizontal y amplio espacio de almacenamiento, considera dividir tu leche en cantidades más pequeñas (60 a 120 ml) para hacer más fácil el proceso de descongelación. Así, podrás descongelar solo lo que tu bebé necesita para cada toma y minimizar el desperdicio.
Considera los siguientes factores para garantizar la seguridad y calidad de tu leche materna almacenada:
Siguiendo estas pautas, puedes maximizar la vida útil de tu leche materna y asegurarte de que tu bebé reciba la mejor nutrición posible.
A pesar de tus mejores esfuerzos para almacenar la leche materna adecuadamente, puede haber casos en los que la leche se eche a perder antes de su fecha de vencimiento esperada. La leche materna en mal estado puede presentar signos como14:
Estos cambios indican que la leche ha sufrido un crecimiento bacteriano y ya no es segura para que tu bebé la consuma15. Si sospechas que tu leche materna se ha echado a perder, es mejor extremar precauciones y desecharla. La salud y la seguridad de tu bebé siempre deben ser la máxima prioridad.
Si alguna vez no estás segura sobre la frescura de tu leche materna almacenada, es mejor desecharla que arriesgarse a que tu bebé se enferme.
Sí, puedes combinar leche materna de diferentes sesiones de extracción, siempre y cuando la leche esté a la misma temperatura y haya sido extraída el mismo día.16 Esta práctica te permite consolidar tu suministro de leche y almacenarla de manera más eficiente, ahorrando espacio en tu refrigerador o congelador.
Sin embargo, al combinar leche recién extraída con leche previamente refrigerada o congelada, es crucial enfriar primero la leche fresca en el refrigerador17. Agregar leche tibia a la leche fría puede hacer que la temperatura general aumente, lo que podría acortar la vida útil de la leche.
Por ejemplo, si tienes 60 ml de leche refrigerada de la mañana y extraes otros 60 ml por la tarde, enfría la leche recién extraída en el refrigerador durante al menos 30 minutos antes de combinar las dos cantidades en un solo recipiente.
Cuando llegue el momento de usar tu leche materna almacenada, es esencial descongelarla y calentarla adecuadamente para preservar su integridad nutricional y evitar la formación de puntos calientes que podrían quemar la delicada boca de tu bebé.
Para descongelar la leche materna congelada, puedes18:
Al calentar la leche materna refrigerada o descongelada19, puedes:
Nunca calientes la leche materna en el microondas, ya que este método puede crear puntos calientes peligrosos y destruir valiosos nutrientes y propiedades inmunológicas20. Siempre prueba la temperatura de la leche en tu muñeca antes de dársela a tu bebé para asegurarte de que no esté demasiado caliente.
Una vez que hayas calentado tu leche materna, es esencial usarla dentro de 2 horas para garantizar su seguridad y calidad21. Este plazo minimiza el riesgo de crecimiento bacteriano y mantiene el valor nutricional óptimo de la leche para tu bebé.
Después de alimentar a tu bebé, desecha cualquier leche calentada sobrante. Las bacterias de la boca de tu bebé pueden ingresar a la leche durante la alimentación, lo que la podría contaminar y hacer insegura para el consumo22. Si bien puede ser tentador guardar la leche sobrante para evitar el desperdicio, priorizar la salud de tu bebé es primordial.
Al comprender los factores que afectan la vida útil de la leche materna y seguir las mejores prácticas de almacenamiento, manipulación y calentamiento, puedes asegurarte de que tu bebé reciba la mejor nutrición posible mientras minimizas el riesgo de enfermedad. No dudes en comunicarte con un médico si tienes alguna pregunta o inquietud sobre tus prácticas de almacenamiento de leche materna.