Los niños aman los animales, pero fuera del gato o perro ocasional, es probable que tu hijo no tenga muchas oportunidades de ver de cerca a muchos animales diferentes. La mejor manera de dejar que tu hijo aprenda más sobre los animales es llevarlo al zoológico.
Lleva a tu hijo a un zoológico interactivo donde pueda interactuar con los animales. Alienta a tu hijo a utilizar todos sus sentidos haciéndole preguntas tales como, "¿cómo se siente el cordero?" o ¿los monos son ruidosos o callados?" o "¿A qué huelen los caballos?". Esto ayuda a su desarrollo cognitivo conforme él intenta hacer las asociaciones y los vínculos entre los animales que ve en la vida real y los que ve en los libros, incluso le ayuda con sus habilidades de conversación y comprensión.
Enséñale a tu hijo todo sobre la naturaleza y sus maravillosas texturas y olores a través de un mini huerto. Es un excelente motivo para que tú y tu hijo puedan salir al aire libre, cavar en la tierra y sentir los elementos. Comienza con brotes de soja, son fáciles de cultivar y tu hijo podrá ver los cambios rápidamente. Es más, cultivar una planta ayudará al desarrollo intelectual de tu hijo mientras él aprende lecciones de causa y efecto (por ejemplo, las plantas mueren sin agua), así como a su bienestar emocional mientras aprende a cuidar de las plantas. Una planta floreciente también le dará a tu hijo autoconfianza y una enorme sensación de logro.
Jugar a disfrazarse le ayuda a tu hijo a aprender de una gran variedad de maneras. ¿Cómo? Cuando tu hijo se pone un disfraz, él está mejorando sus habilidades motoras finas mientras trata abotonar su uniforme o atarse su capa. También desarrolla su fuerza física cuando empuja un vehículo de juguete o corre como un jugador de fútbol. Como si eso no fuera suficiente, también aprende sobre trabajo en equipo ya que interactúa y juega con otros niños. Jugar a los disfraces también empujará a tu niño hacia niveles superiores de pensamiento mientras intenta recordar y recrear lo que ha visto antes para crear nuevas situaciones por su cuenta.
Cocinar con tu hijo es una excelente manera de desarrollar sus habilidades cognitivas simples. Obtener las proporciones de ingredientes correctas le enseña a contar fracciones y mediciones. Leer una receta con tu hijo le ayudará a comenzar a diferenciar las letras de los números, alienta a tu hijo a describir lo que ve, prueba y toca, y a potenciar su vocabulario. Además, las acciones de agitación, vertido, limpieza, desplumado y rasgado le ayudan a desarrollar sus habilidades motoras finas. Así que lleva a tu hijo a la cocina tan pronto como pueda pararse en la encimera.
La música es algo natural para los niños pequeños. Sólo debes poner algo de música y es probable que puedas ver a tu hijo bailando por ahí. La música puede tener un efecto poderoso sobre su estado de ánimo y hace que el aprendizaje sea más fácil y divertido.
Mediante la comprensión de los compases y el ritmo, tu hijo está desarrollando sus habilidades cognitivas perfeccionando su coordinación y habilidades motoras, pues aprender un instrumento musical generalmente requiere el movimiento de sus manos, brazos o pies. Por lo tanto, estimula a tu hijo a tocar sus instrumentos al ritmo de su canción favorita o mejor aún, toca junto con él para experimentar el aprendizaje juntos.