Tu hijo tarda más de 30 minutos en terminar de comer sus comidas
Tu hijo está por debajo del peso correspondiente a su edad y altura
Tu hijo evita comidas, se cubre la boca, a veces finge vomitar y generalmente es bastante fastidioso durante las comidas
Tu hijo es muy caprichoso para comer y elige solo comer los alimentos con los que está familiarizado
Tu hijo presenta una ingesta de alimentos reducida en comparación con sus compañeros
Puede ser desconcertante cuando tu hijo repentinamente desarrolla este rechazo a la comida, sobre todo si solía adorar la hora de comer, pero también podría haber una variedad de razones por las que él ahora tiene malos hábitos alimenticios.En general, podría deberse a tres áreas principales: los alimentos, el niño mismo o los hábitos de sus cuidadores.
1. Los alimentos podrían ser una causa de malos hábitos alimenticios de tu hijo si la comida que le das no se ajusta a los gustos del niño, o no son adecuados para su etapa de desarrollo.
Los alimentos podrían ser una causa de malos hábitos alimenticios de tu hijo si la comida que le das no se ajusta a los gustos del niño, o no son adecuados para su etapa de desarrollo.
2. El niño mismo podría ser la causa de los malos hábitos alimenticios, así que detecta si tu hijo muestra estos síntomas:
Tiene trastornos en la boca
Tiene una gran sensibilidad a olores y sabores particulares
Tiene poco apetito y se niega a comer, o come mucho menos de lo que consume regularmente
Tiene otras afecciones físicas o funcionales
3. Los cuidadores pueden ser otro factor contribuyente a los malos hábitos alimenticios de tu hijo, y debe tenerse cuidado si reconoces cualquiera de estos indicadores:
El cuidador coloca al niño en un ambiente inadecuado para la alimentación (por ejemplo, con distracciones como la TV o juguetes)
El enfoque del cuidador para la alimentación es demasiado controlado o negligente (cualquier extremo es malo)
El cuidador carece de entendimiento en términos de nutrición y podría estarle dando a tu hijo alimentos inadecuados para su desarrollo
Dependiendo de la causa de los malos hábitos alimenticios de tu hijo, existen varias soluciones que pueden emplearse para mejorarlos. Cualquiera que sea la causa, el objetivo debe ser romper estos hábitos y en su lugar, formar buenos hábitos alimenticios que animen a tu hijo a comer de forma saludable para que alcance un correcto crecimiento y desarrollo.
Algunos niños presentan una ingesta de alimentos más baja de lo usual, pero es apropiada para sus necesidades nutricionales.
Visita al pediatra para recibir consejos sobre el crecimiento y la nutrición de tu hijo
Adopta los 9 consejos para las mamás
El niño disfruta jugar y estar activo, pero no muestra el mismo interés en la comida
Visita al médico para asegurarte de que la causa no es el autismo o un trastorno por déficit de atención con hiperactividad
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Ofrécele alimentos altos en calorías (1Kcal/1ml) para apoyar el crecimiento de tu hijo
Las enfermedades y malestares, especialmente la diabetes, pueden causar una falta de apetito
Busca un tratamiento oportuno para tu hijo
Dale apoyo nutricional a tu hijo de acuerdo a las indicaciones de tu médico
Tu hijo rechaza algunos alimentos debido a su olor o forma
Muéstrale a tu hijo fotos de los alimentos para que se familiarice con los diversos alimentos
Permite que tu hijo se involucre en la preparación de los alimentos
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Considera el uso de suplementos nutricionales si hay ciertos alimentos que tu hijo no comerá
Haz que tu hijo se concentre en comer sin distracciones (tales como juguetes o la televisión)
Ofrécele a tu hijo alimentos apropiados para su edad
Alienta a tu hijo cuando come bien
Limita las comidas a 30 minutos
Evita forzar a tu hijo a comer, o demostrar abiertamente tu frustración
Con mucha paciencia, introduce nuevos alimentos, empezando con los menos preferidos antes de los favoritos
Alienta a tu hijo a que coma sin ayuda
Los padres deben ser buenos modelos para sus hijos
Evita los bocadillos entre comidas con un intervalo de al menos tres horas para mejorar el apetito de tu hijo
Siempre debes tener cuidado a la hora de manejar las dificultades en la alimentación o los malos hábitos alimentarios, ya que esto podría resultar en un estrés ligero o severo en el cuidador y el niño, lo que incluye una relación tensa entre la madre y el hijo.
Las consecuencias más severas incluyen efectos físicos visibles como un lento aumento de peso en el niño y una reducida resistencia inmunológica, así como efectos psicológicos como la frustración y la ansiedad durante la hora de la comida que conduce a la depresión o a trastornos adicionales. En lugar de intentar hacer que tu hijo coma a la fuerza, el foco debe estar en adoptar soluciones para estimular al niño a mejorar sus hábitos alimenticios.
Haz que tu hijo se concentre en comer sin distracciones (tales como juguetes o la televisión)
Efectos físicos
Aumento de peso lento, falta de nutrientes, baja resistencia inmunológica
Efectos psicológicos
La frustración y la ansiedad durante la hora de comida pueden llevar a una depresión leve o a otros trastornos