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La mayoría de los turistas visitan el país por las imágene de tulipanes, los pintorescos molinos de viento y el queso1, perfectas para subir a Instagram. Sin embargo, pocos saben que Holanda es el segundo exportador mundial de alimentos y productos agrícolas. Incluso se le ha llamado el "país de las granjas2". Un tercio del territorio está reservado para granjas, de las cuales hay 18.000 granjas lecheras con un total de 1,6 millones de vacas que producen hasta 12.700 millones de kilos de leche al año3.
Pasto verde y cielos azules: la belleza de las granjas de holanda
La industria láctea holandesa es una pieza clave de la economía holandesa, que busca constantemente la mejora a través de la innovación en sostenibilidad y calidad3. Por supuesto, también ayuda que el país tenga un clima templado y abundantes tierras llanas y fértiles.
De hecho, una granja típica es muy moderna, con un largo camino de entrada que conduce al establo y a la vivienda, rodeada de verdes pastos. Allí, las vacas pastan al aire libre y se mueven libremente de un pasto a otro en busca de hierba más fresca y joven bajo el cielo azul. Si tienen sed, pasean hasta el arroyo más cercano para saciarla.
Un modelo de cooperativa: los ganaderos están a cargo
El modelo cooperativo significa que las personas que más saben sobre leche son las que están a cargo de producirla: los ganaderos. La cooperativa lechera es propietaria 100% de la empresa, quienes compran la leche a los ganaderos y la optimiza y transforma en una amplia gama de productos lácteos. La empresa de lácteos también se ocupa de todos los aspectos relacionados con el mercado, lo que permite a los miembros de la cooperativa concentrarse en su verdadera pasión: producir leche nutritiva y de alta calidad.
Aunque todos los productores lecheros son empresarios independientes por derecho propio, comparten información y conocimiento sobre la producción lechera, un buen ejemplo del círculo virtuoso de esta industria. Su experiencia y el nivel de profesionalidad que mantienen ayudan a las empresas lácteas a garantizar la calidad y la seguridad.
Granjas multigeneracionales: la transmisión de la sabiduría ganadera
La ganadería está en la sangre de los productores de leche en Holanda. Le dan la máxima importancia al patrimonio, transmitiendo conocimientos que han sido refinados por sus padres y abuelos. Esto no solo mantiene las prácticas ganaderas dentro de la familia, sino que las mejora constantemente. Cada generación enriquece el conjunto de conocimientos de saber seleccionar la mejor vaca para utilizar la tecnología más adecuada para el trabajo. No es raro ver a los productores de leche de tercera o cuarta generación en los Países Bajos que son tan apasionados como sus predecesores.
Adoptando la tecnología: Entendiendo mejor a las vacas
Los métodos de generaciones anteriores tienen sus ventajas, pero la chispa añadida de la tecnología las hace aún mayores. Lo viejo y lo nuevo trabajan de la mano para encontrar la forma más eficaz de ordeñar a las vacas, vigilar su salud y gestionar la granja mediante un sistema de seguimiento. Por ejemplo, los robots de ordeño automático permiten a las vacas elegir cuándo quieren ser ordeñadas. El robot hace un seguimiento de su producción de leche y comprende la rutina de ordeño, garantizando un volumen de ordeño óptimo para las vacas. A partir de los datos de la composición de la leche, los ganaderos personalizan la alimentación para garantizar una nutrición óptima a cada vaca. Todos los datos recogidos son exclusivos de cada vaca y se puede acceder a ellos desde su collar y etiqueta electrónicos directamente en el teléfono del ganadero. De este modo, los ganaderos pueden conocer rápidamente el estado de las vacas y reaccionar en consecuencia.
Sostenibilidad: preparse para el futuro
Para garantizar que las granjas de Holanda puedan producir leche de calidad durante muchos años, todos, desde el gobierno hasta los consumidores, trabajan juntos. La tierra se mantiene lo más sana posible con prácticas agrícolas de bajo impacto y diversa flora y fauna nativa. Los ganaderos también trabajan activamente para reducir el uso de energía, las emisiones de gases de efecto invernadero (a través del estiércol) y las emisiones minerales8.
De este modo, los pastos se mantienen sanos durante mucho tiempo para alimentar a las vacas y a sus descendientes que pastan en ellos. Parte del mantenimiento también incluye el cuidado de las vacas. Los animales están sometidos a un seguimiento constante y reciben visitas periódicas del veterinario, que se asegura de que estén en perfectas condiciones.
Cuidados las 24 horas del día
Los ganaderos viven cerca de las granjas para que les resulte más fácil ocuparse de sus vacas. Normalmente, los mansos animales se ordeñan dos veces al día: la primera, por la mañana temprano, y la segunda, después de que hayan salido a pastar si hace buen tiempo. ¡Algunos ganaderos incluso ponen nombre a sus vacas y las tratan como a un miembro más de la familia! A veces, los ganaderos son testigos de acontecimientos clave en la vida de las vacas, como emergencias en el parto, en las que intervienen como parteros durante el nacimiento del ternero.
Una vida cómoda
La comodidad del animal siempre es lo primero y los ganaderos hacen todo lo posible para que así sea. En el establo, la humedad y la temperatura se mantienen en niveles óptimos mientras descansan. Incluso hay postes para rascarse a lo largo del establo y máquinas de masaje que ayudan a las vacas a relajarse para un mejor ordeño, y a menudo se ve a las vacas rozándose cómicamente contra ellos.
Todos los días, pastan al aire libre durante más de seis horas en una superficie de 5,000 metros cuadrados, una gran extensión para que estiren sus patas. A la hora del ordeño, las vacas hacen cola porque los ganaderos ponen música y golosinas delante del robot de ordeño. Todo ello garantiza que las vacas estén relajadas y cómodas, para que puedan centrarse en producir leche nutritiva de calidad.
El trabajo, la pasión y el compromiso de los ganaderos dan resultados que hablan por sí solos: Las granjas holandesas producen leche de calidad y muy nutritiva. Es esta combinación de auténtico esmero de los ganaderos por las vacas y la tierra, conocimientos tecnológicos y rico patrimonio lo que las convierte en unas de las mejores.
Referencias